Está semana toca que son buenos. Por lo menos durante 48 horas, hasta el partido contra el Barca. Ya es mala suerte que después de ganar, por primera vez en su historia, en un campo alemán (Schalke 2 – Athletic 4), los chicos de Bielsa se las tengan que ver con el insaciable Messi y compañía. El partido de ayer fue de esos que gustan hasta a los que no saben lo que es un corner. Fueron 90 minutos para recordar, un encuentro vibrante, entre dos equipos que han hecho del fútbol de ataque su principal seña de identidad. Al final fue el Athletic el que se retiró feliz a los vestuarios, y más después de comprobar que el Schalke es un gran equipo, con excelentes individualidades y con un Raúl estratosférico. Ayer, el Athletic demostró que lo de Old Trafford no fue casualidad. Que estamos ante un equipo que puede hacer historia. Los socios y seguidores rojiblancos debemos de tener paciencia y no ponernos nerviosos ante los próximos compromisos de Liga. Esta temporada es especial y así lo debemos entender. Podemos seguir soñando.
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