Tristeza

El escritor y periodista Miguel González San Martín escribió hace unos meses en El Correo que la única persona del actual Athletic a la que echará de menos cuando no esté en el club es Marcelo Bielsa. Yo pienso lo mismo. Parece que la directiva de Josu Urrutia ha decidido prescindir de los servicios del rosarino y que éste no se sentará la temporada que viene en el banquillo del nuevo San Mamés. Un único motivo, el desplante que hizo a la directiva en la pretemporada al convocar una rueda de prensa para denunciar el retraso de las obras de remodelación de las instalaciones de Lezama. Lo absurdo es que no le despidieran en aquella ocasión por indisciplina. Hacerlo ahora es, además de absurdo, irresponsable. Para Josu Urrutia parece que da igual que el comportamiento de Marcelo Bielsa desde entonces haya sido intachable. Da igual que su implicación con el club y su filosofía sea total. Da igual que la temporada pasada jugáramos la final de Copa y la de Europa League por segunda vez en nuestra centenaria historia. Da igual que el mister haya sabido reconducir el caos deportivo generado por otros y que su administración de la plantilla -con los marrones que todos conocemos- sea un ejemplo de gestión. Todo da igual. No se le va a perdonar un fallo. Y me pregunto qué sería de otros miembros del Athletic actual si por un error les negáramos los socios cualquier autoridad. Qué sería de Josu Urrutia y su junta directiva. Y de la mayoría de los jugadores. Con Caparrós intentaron hacer lo mismo y la paciencia de García Macua posibilitó que jugáramos una final de Copa y clasificarnos para Europa. Con Txingurri Valverde o Jabo Irureta tampoco tuvimos paciencia. Con esta inestabilidad en el banquillo es imposible ofrecer garantías deportivas. Y somos el Athletic. Y jugamos con desventaja con respecto a los demás clubes. Hace poco más de un año algunos repitieron machaconamente lo de Gure Estiloa. Parece que ya se les ha olvidado.