martes, 17 de septiembre de 2013

El Athletic y la felicidad

Yo también quiero ser feliz, ver la botella medio llena y creer que el sistema defensivo del Athletic de Valverde es invulnerable. Es que hoy me he encontrado con un amigo, un joven inteligente, al que se ve feliz en lo personal y en lo profesional, que está encantado con el Athletic actual. No con los resultados, sino con el juego que despliega el equipo rojiblanco. ¿Por qué yo no puedo? Lo de la felicidad profesional y personal me da igual, pero siento envidia ante su identificación total con el juego de los Herrerín, Morán y compañía. Si le hablo de la defensa -ayer especialmente calamitosa-me dice que es pura sobriedad y una garantía, nada que ver con la de la temporada pasada. Si le cuestiono que Laporte juegue de lateral me dice que es una decisión muy acertada del mister, porque hay que rotar. Claro que ser feliz es cuestión de actitud, pero todo tiene un límite. Si a principio de temporada tenemos tres laterales izquierdos, a uno lo cedemos, y a la hora de rotar ponemos de titular a un central, pues a mi me cuesta tragar y así os lo cuento. Para él todo es fenomenal. Por no hablaros de mi frutero, un tipo parco en palabras al que el Athletic ha convertido en un charlatán. "Ya lo dije yo, de los siete primeros partidos vamos a ganar seis", me ha asegurado esta mañana mientras me ponía unos kiwis. Al final, no es tan fácil ser feliz. Hay que valer...

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