Se fue 2012, el año en el que pensamos que todo era posible. Disfrutamos como hacía tiempo que no ocurría. Jugamos dos finales y nos convertimos en uno de los equipo más admirados del planeta. Marcelo Bielsa llegó de la mano de Josu Urrutia y puso patas arriba a Bizkaia entera. Como todo sueño ha tenido su reverso tenebroso. Mejor olvidarse cuanto antes de los últimos 6 meses del año y recordemos las noches gloriosas contra el Manchester, el Schalke y el Sporting. 
 
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