Exigencia

Una persona que tenía al lado en el campo me dijo ayer en un momento del partido entre el Athletic y el Valencia: "y se les ve contentos". Se refería al público, al que con dos arreones finales de furia parece que le vale. Yo sigo desconcertado ante el juego rojiblanco, sobre todo porque me sorprende que un entrenador tan meticulosos y exigente como Ernesto Valverde no haya dado con la tecla para conseguir, por lo menos, que el equipo ofrezca una imagen seria y coherente. No es posible que un equipo con pretensiones de hacer buen fútbol tenga como faro que le guíe a Mikel Rico, todo furia y compromiso pero limitado a la hora de hacer jugar al grupo. La falta de un sistema claro va a llevar a la invisibilidad a los jugadores de más clase y proyección de la plantilla. Por no hablar del comportamiento de algunos jugadores, indigno de un profesional de primer nivel. Y de ahí viene para mi el principal problema, la falta de exigencia con unos deportistas de élite que se comportan como aficionados. Compromiso y profesionalidad deben formar parte del adn de cualquier jugador del Athletic. Son los mínimos exigibles. Por último, cada jornada que pasa resulta más evidente que los fichajes que ha realizado el área deportiva poco o nada mejoran lo que ya existía. Incluso empeoran las prestaciones de algunos jugadores imprescindibles las dos últimas temporadas, caso de Herrera, De Marcos o Iturraspe. Las necesidades de la plantilla todos las conocemos y ayer volvieron a quedar en evidencia. Se necesita, se debe y se puede reforzar el equipo.