Sopor

Quién nos lo iba a decir, pero aquí el que ha dejado huella es Joaquín Caparrós. Y mientras los resultados acompañen, poco que objetar. Bueno, sí podemos decir que el juego del Athletic es incompatible con el horario nocturno. Es una tarea de héroes mantenerse despierto ante el fútbol alegre de los muchachos de Ernesto Valverde. Ayer, a los 15 minutos todo me parecía confuso, no sabía si estaba viendo un partido o un capítulo de "American Horror Story". Lo importante, como dicen algunos, es el resultado y ganamos 0-1 al Getafe, en un campo maldito para los rojiblancos. Se tuvieron que dar dos carambolas imposibles: que Iraizoz parara un penalty y que Laporte se estrenara como goleador. Da igual. Con la mirada borrosa por el espectáculo que salía de mi televisión, me acordé ayer de Rafa Alkorta, Sarita Estevez, Eduardo Velasco y todos aquellos que despotricaban del juego del Athletic las dos últimas temporadas. Les obligaba a ver el Getafe-Athletic todas las veces que fuera necesario hasta que pidieran perdón.