La chispa de la vida

La temporada no ha hecho más que empezar y ya parece que se acaba el mundo. Así somos en el Athletic. Y bien es verdad que el equipo ayer ante el Getafe dió muestras de un cansancio mental preocupante. Ni ideas, ni chispa, ni nada que se le parezca. Sigo convencido de que las cuestiones extradeportivas pesan como una losa para una plantilla que necesita estar al 101 por 100 para resultar competitiva. También hay que tener en cuenta el desgasta que supuso la temporada pasada, cuando el equipo llegó a dos finales gracias a un derroche físico difícil de soportar. Y por último, sigo sin entender la política de fichajes de este nuestro querido Athletic de Josu Urrutia y José Mari Amorrotu. Después de ilusionar a la afición como hacía tiempo que no veíamos, habría que haber previsto una mayor exigencia por parte de los aficionados y la prensa para esta temporada y la plantilla ya dió muestras en el curso pasado de inexperiencia en los momentos clave. Me resulta incomprensible, por evidente, la ceguera de los mandatarios rojiblancos al respecto. Por la mitad de lo recibido por Javi Martínez tendríamos con nosotros ahora a Beñat, Monreal y Raúl García, tres jugadores expertos, con presente y futuro.